Lo que vemos no es más que nuestra propia creación. La experiencia del mundo es tan sólo una proyección de nuestra mente y el reflejo de nuestros propios pensamientos íntimos. Tal como el pensamiento, así es la visión. El color del cristal con que se mira determina el color en que las cosas se te presentan. Si usas anteojos rojos, todo se te presentará rojo. Si usas anteojos verdes, todo se te presentará verde. Los pensamientos puros hacen que el mundo se te presente puro. Si visualizas a las cosas con Prema (amor), con un corazón amante, la creación entera se te presentará como un reflejo de Prema.
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