viernes, 24 de abril de 2009

Tauro


TAURO, EL TORODel 21 de abril al 21 de mayo
–Aquí me quedaré –dijo–,
de vez en cuando durante días.
Tú cuídate del sentido
que los sonidos se cuidarán ellos solos.
Como reconocer a Tauro
Un trotamundos amigo mío, que ha estado en todas partes por lo menos dos veces, me contó que jamás olvidará su primer viaje en barco al sur de España. Un día, mientras estaba en cubierta admirando el paisaje, se perfiló a la distancia una enorme masa de roca que se elevaba sólida y gradualmente del brillante azul del Mediterráneo, <<¡Mirad, el peñón de Gibraltar!>>, gritó alguien en el barco. Debidamente impresionado, mi amigo tomó una instantánea para mostrar a los amigos y después, volviéndose a un adolescente aburrido que ocupaba la silla de cubierta inmediata a la suya, dio cauce a su vena poética. <<¿No es una maravilla? –comentó–. Toneladas de agua lo están bañando desde hace siglos, las tormentas lo han azotado, lo han atacado los ejércitos, las civilizaciones han surgido y se han eclipsado, pero el peñón sigue allí. Nada lo cambia ni es capaz de hacerlo mover>>. <>.
Su padre había nacido en mayo. Y de esa manera se reconoce a Tauro, el Toro. Los lugares mas adecuados para buscarlo serán una granja, un banco o una agencia inmobiliaria, pero también se le puede encontrar pastando en otras praderas. Hay Tauros ingenieros, estrellas de cine, oficinistas, jardineros, reyes y reinas, deshollinadores, carniceros, panaderos y fabricantes de velas. Pero el Toro se caracteriza siempre por su actitud fuerte y silenciosa. Hasta que no llegue uno a conocerle un poco a fondo, sus monosílabos mas largos serán probablemente <>, <>, <>, <>, y frecuentemente <>, como sustituto de <>. Si al nacer tuvo fuerte influencia de Géminis, Aries o Sagitario, es posible que sea un poco mas garrulo y camine con mas flexibilidad, pero el Toro típico es preferentemente lento en el movimiento y parco en el hablar.
Como Gibraltar, es só1ido y firme y nada altera su tranquilidad. Se le puede arrojar agua encima o encenderle fuego entre los pies. Se le puede golpear el pecho con los puños cerrados, clavarle el fuego de miradas hipnóticas o gritarle a voz en grito: Tauro no se moverá un centímetro. Una vez tomada su posición, se cruza tranquilamente de brazos y se sienta sobre los talones. Exhibe un mentón bastante prominente, dilata las narices, echa atrás las orejas... y tú te aguantas.
Es raro que el Toro se lance a atropellar a alguien. Lo que quiere es simplemente que le dejen solo. No le molestes y se sentirá satisfecho. Presiónale y se mostrará obstinado. Empújale demasiado, fastídiale en exceso, y prepárate entonces para una furia violenta. Es capaz de aguantar durante meses y años, exhibiendo un dominio y un control perfectos, aspirando la fragancia de las flores y haciendo caso omiso del nervioso bullicio que le rodea. Hasta que algún día inesperado un imprudente le ponga una pajita de mas sobre los anchos lomos. Entonces bufará, empezará a arañar la tierra, entornará los ojos... y se lanzará a la carga. ¡Apártate del camino con toda la rapidez que puedas y corre para salvar la vida! La irascibilidad taurina rara vez se despliega de manera impulsiva, pero cuando el Toro se enfurece es capaz de destruir todo lo que encuentra en su camino, aunque sea un Escorpio. Pero destruir no es la palabra; demoler habría que decir más bien. Y puede pasar un tiempo antes de que se deposite de nuevo el polvo y vuelva a reinar la paz. Hay Tauros con tanta capacidad de control que en toda su vida no cargan mas que una o dos veces. Hasta los de genio mas vivo apenas si estallan un par de veces al año, y ya es mucho. Con todo, es mejor tener presente que, por lo general, Tauro no se enoja o fastidia só1o un poquito. Si el incidente es lo bastante importante como para quebrantar la normal placidez de sus emociones, lo que hay que esperar no es un enojo cualquiera, sino una furia ciega.
Se de un Tauro a quien su mujer jamás había visto encolerizado durante todos sus años de casados, hasta que se suscitó un incidente en un atestado restaurante. Un borracho de los fastidiosos se acercó, tambaleante, a la mesa e hizo un comentario subido de tono. La mujer esperaba que su marido afrontara la situación con su firmeza y su autodominio habituales, y se quedó tan atónita como el resto de los clientes cuando súbitamente Tauro se levantó, derribó dos mesas, levantó al hombre en vilo y lo mandó volando al otro extremo del salón, donde se estrelló contra el tablero de los músicos. El incidente fue mudo. Espero que esto inspire al lector la cautela adecuada. Antes de hacerle siquiera un guiño a una desconocida, mas vale saber que día cumple años su acompañante.
Cabe esperar que muchas personas nacidas en mayo se parezcan a un toro... los hombres, claro, aunque las mujeres nacidas bajo este signo tendrán una intangible e imprecisa cualidad bovina. La mirada de las mujeres Tauro será serena y límpida, pero fija. Se mueven con gracia e indolencia, pero algo en ellas sugiere una fuerza oculta. En cuanto a los hombros, el pecho o la espalda –o las tres cosas– anchos y fuertes. Alto o bajo, el cuerpo será bien proporcionado. Las orejas suelen ser pequeñas y pegadas a la cabeza. Cuando comen, mastican con lentitud y por lo general tienen una digestión excelente. Es fácil encontrar un mechón de pelo (como la guedeja del toro) o un rizo que cae en el centro de la frente. Aunque no todos, muchos Tauros tienen el pelo rizado u ondulado, y casi siempre oscuro, como los ojos y el cutis. Incluso los escasos Tauros rubios, de ojos y de tez clara, jamás darán la impresión de fragilidad, ni mental ni de carácter.
Claro que no se puede esperar que todos los de este signo se parezcan a Ferdinando el toro o a la vaca Clarabella. Es verdad que generalmente son de cuerpo grande y generoso, que a veces no só1o es musculoso sino rechoncho y hasta gordo. Pero Si nos hacemos demasiado a esta imagen, no reconoceremos los Tauros flacos, y a ellos también es importante distinguirlos. ¿Qué harás, lector, cuando enciendas la televisión y en la última película de la noche te presenten algún Tauro como Bing Crosby, Fred Astaire o Gary Cooper? No te dejes engañar por ellos. Con toda la ligereza de pies que le da Piscis, y el vaporoso encanto de Géminis, Fred Astaire es un Tauro, de tierra, y eso no pueden cambiarlo las demás influencias planetarias de su carta natal. Pregúntaselo a su amigo el coreógrafo Hermes Pan, o a cualquier otro que esté próximo a esa leyenda danzante.
Intenta averiguar lo que cuesta conseguir que sus ágiles pies vayan hacia donde él no quiere ir, o que haga algo que no quiere hacer. Bing Crosby también es famoso por su personalidad imperturbable, serena y campechana. (Probablemente el que iba en el barco era uno de los hijos de Bing.) Y en cuanto a Gary Cooper, fíjate otra vez en la estampa flaca y larguirucha del héroe de tantas películas del Oeste. Sus pies dan la impresión de que crecieran directamente del suelo, como si tuvieran raíces. Se mueve por la pantalla del televisor con lenta deliberación, y el número total de oraciones completas que el actor pronuncia en aquellos viejos westerns apenas si llegará a una docena. ¿El actor? Pero si con el venerable sistema hollywoodense de repartos, Gary Cooper siempre hizo unas interpretaciones estupendas de Gary Cooper. Y, como sucede con muchos otros Tauros que encontramos lejos del escenario y de las cámaras, las escenas de amor de Gary Cooper nos muestran a una romántica muchacha que llora: <>. Y ¿qué respuesta obtiene la pobre chica por semejante torrente de sentimientos? <>, (Pero puede ser curiosamente satisfactoria.)
Tauro se siente intensamente atraído por el sexo opuesto, pero entre sus costumbres no se cuenta la de perseguir activamente ningún tipo de placeres. Prefiere atraer a la gente hacia él. ¿Por qué ha de desperdiciar sus energías persiguiéndolos por el campo? Con una pequeña excursión, a una granja y una sagaz observación de las leyes de la naturaleza, quedará en claro la forma en que se activan las emociones taurinas, tanto en cuestiones de amor como de amistad. La pasividad es el comportamiento típico. Tauro prefiere recibir hospitalariamente en su casa, antes que molestarse en ir de visita. El esfuerzo que requiere alcanzar una popularidad centelleante no está hecho para la naturaleza del Toro. Si lo quieren, pueden llamarlo, que él estará. Si le arrojas el anzuelo de la camaradería o del romance, él lo recogerá, si le interesa. Y además, sabrá que hacer con él, lo que no siempre sucede con otros signos más gregarios.
Es raro que Tauro se preocupe, se irrite o se coma las uñas. Es posible que si las cosas no van como él quiere, cavile y ponga cara larga, pero no es del tipo nervioso e inquieto. Estoico por naturaleza, se toma las cosas como vienen, y nada es capaz de alterar esta inclinación fundamental.
Conozco un Tauro que es a la vez abogado y funcionario contable, una doble carrera que para cualquiera supone un esfuerzo considerable, especialmente cuando vencen los plazos de impuestos. Admito que este Tauro se muerde un poco las uñas. Está bien, se las muerde mucho. Habla mas rápido que yo (que hablo bastante rápido) y hasta tiene un par de arrugas de preocupación en la frente. Pero en su carta natal hay una fuerte influencia de Géminis a la que se debe esa aceleración engañosa, y si uno mira por detrás del torbellino de su dinámica imagen exterior, seguirá encontrándose con un Tauro. Su cerebro es capaz de calcular con la rapidez del rayo, pero las decisiones las toma con lentitud y cuidado. Sus acciones son predecibles, su carácter fuerte, y podéis preguntarle a su esposa si se deja persuadir cuando ella quiere convencerle de que se vista para salir, una noche que él tiene ganas de quedarse en casa. Preguntad también a sus clientes que intentan conseguir que cierre rápidamente un trato. El Toro escucha con paciencia y de buen modo, pero los papeles no se firman hasta que él no esté convencido de que la operación es buena. Oh, vaya si es un Tauro, pese al ingenio y a la agilidad de Géminis. La rapidez en la acción no se cuenta entre sus vicios. Tauro acomete con lentitud, y esta no es una falsa inferencia.
Los nativos de Tauro son gente hogareña. Es raro el Toro al que no le encanta regodearse bajo su propio techo y relajarse en un ambiente cómodo y familiar. El cambio lo altera (a menos que tenga la Luna o el ascendente en Géminis, Sagitario o Acuario). Si el Tauro que conoces, lector, no es propietario de su casa, no dudes de que piensa en serlo, y algún día lo conseguirá. Tauro es terrestre y, de alguna manera o de otra, el amor de la tierra le tocará algún día. Si no puede evitar vivir en un atestado edificio de apartamentos, tendrá probablemente en la ventana una maceta llena de geranios o de petunias.
Cuando el bullicioso estrépito de la ciudad ejerza sobre él demasiada presión, se irá decididamente con su caña de pescar en busca de un lugar pastoral y tranquilo. Que el mundo se ponga a girar con demasiada rapidez para él y amenace marearlo, y Tauro se irá simplemente a tomarse un descansito hasta que amaine. Si no tiene la escapatoria de la caña de pescar o de la maceta en la ventana, es posible que se dedique a los negocios inmobiliarios y que se ocupe de resolver los problemas de vivienda de otros, lo cual le permitirá de vez en cuando darse una vueltecita por los suburbios. Por remota que sea, siempre tiene una conexión con la tierra, que puede ser andar por los alrededores del hipódromo o dar su paseo de los domingos por un parque, embebiéndose del espectáculo y la fragancia de la naturaleza.
El Toro es sano y de constitución fuerte. No es muy fácil ponerle de espaldas, pero cuando cae en cama es posible que sea lento en recuperarse, debido en parte a su obstinada negativa a obedecer a los médicos. Su inclinación natural a evitar el optimismo tampoco favorece una recuperación rápida. Las zonas susceptibles de infección y de accidentes son la garganta, el cuello, las piernas, tobillos, órganos reproductores, espalda y columna vertebral. Los resfriados le acarrean con frecuencia dolores de garganta, y el exceso de peso producido por el legendario amor taurino de la comida y la bebida, de la comida sobre todo, puede imponer un esfuerzo excesivo al corazón y convertirse en causa de problemas circulatorios, debilidad en los tobillos, venas varicosas y otras dolencias crónicas. Otra posibilidad es la gota, pero sin embargo, si evitan la obesidad, el letargo y las infecciones renales, la mayoría de los nacidos en mayo pueden gozar de mejor salud que el resto de sus semejantes. Digamos las cosas como son: si el Toro bebe en exceso o se vuelve gordo y haragán, perderá su físico espléndido y su robusta salud. Una de las principales causas de sus enfermedades es la falta de ejercicio y de aire puro. Su organismo lo necesita siempre, por más que su voluntad obstinada pueda negárselo.
Y ya que hablamos de obstinación, digamos que de nada sirve decirle a Tauro que es obstinado (u obstinada). Tal como el mismo se ve, el Toro no es nada terco. Es paciente. Cuestión de semántica. Tampoco es cabeza dura, solamente firme y sensato. Ni aunque en ello le fuera la vida podría entender por qué la gente le juzga de manera tan injusta.
La verdad es que Tauro es todo lo obstinado que puede serlo un ser humano sin llegar realmente a convertirse en piedra. Parece que a los Tauros les hubieran encolado no só1o a su asiento sino a sus opiniones. Un marido Tauro se negará a acompañar a su mujer a la casa de una amiga si allí no hay sillas lo bastante cómodas para que él se siente. Inútil que ella se lo ruegue: él no irá. A su vez, la mujer Tauro que no aprueba a los amigotes de su marido, simplemente no les habla. Así y todo, es verdad que los Toros pueden hacer gala, con justicia, de la virtud de la paciencia. Más de uno soporta, durante años y sin quejarse, cargas emocionales y físicas, y cuantos más problemas se le juntan, más fuerzas encuentra Tauro para afrontarlos. Su lealtad y devoción a la familia y a los amigos excede a veces los límites de la comprensión. Son muchos los hombres y mujeres Tauro que se merecen medallas de oro por su valor para soportar golpes del destino que habrían derrumbado sin remedio a los nacidos bajo otros signos. Espléndido. Estoy de acuerdo en que se le dé a Tauro una cinta azul en reconocimiento de su fortaleza. Pero eso no cambia el hecho de que es obstinado.
Muy pocas son las cosas que le quitan el apetito. Por lo común, el Toro puede comer cualquier cosa, desde pimientos fritos a tarta de chocolate con crema batida, pasando por nabos y entremeses, y todo en la misma comida, sin sufrir la menor indigestión. El rosbif y los bistecs suelen ser sus platos favoritos, y le encanta terminar con los restos. Si le sumamos alcohol, Tauro puede parecerse muchísimo al rey Enrique VIII de Inglaterra, regodeándose alegremente en un regio banquete. (Claro que un ascendente Virgo puede hacer que viva de zanahorias crudas y lechuga, acompañadas de zumo de ciruelas.)
Lo que hace cosquillas al sentido del humor de Tauro son las comedias de bofetadas. Son muchos los Toros a quienes se les escapa la sutileza de la sátira, pero se desternillarán de risa cuando alguien se resbale con una cáscara de plátano o reciba un flan en la cara. El humor de Tauro es terrenal y cálido, juguetón en el estilo de Falstaff. Son personas que raras veces o nunca se muestran realmente crueles o vengativas. Cosa extraña, es frecuente que cuando Tauro es cruel, en su carta natal tenga muchos planetas en Aries. No parece que los dos signos combinen bien en el mismo horóscopo, y un buen ejemplo de ello lo constituye Hitler.
Y si pasamos al tema del dinero... es raro que el Toro y su dinero se separen. No todos los Tauro son millonarios, pero tampoco se encontrarán muchos que estén haciendo cola para tomar la sopa boba. A Tauro le gusta levantar imperios lentamente y con seguridad. Empieza con cimientos bien só1idos y poco a poco va agregando un piso cada vez, hasta haber edificado un negocio estable y consolidado una cuenta bancaria a fuerza de músculos. Lo extraño es que a Tauro le gusta acumular poder, lo mismo que efectivo, pero por el mero placer sensual de poseerlo, ya que frecuentemente delega la acción en sus subordinados. Parece que só1o con saber que el poder está ahí, junto con el dinero, la necesidad de seguridad de Tauro queda satisfecha. ¿Por qué ha de tomarse el trabajo de ser él quien maneje todos los hilos? Si para hacer eso están los Cáncer y los Capricornio, mientras el Toro descabeza un sueñecito, aspira la fragancia de una flor o mira pasar las chicas. A él le basta con que todo el mundo sepa quien es el dueño de la pradera. Tarde o temprano, Tauro llegará a tener dinero y, por lo general, dinero que le llega, se le pega. Tauro valora sus billetes y sus propiedades tanto como valora su familia, pero no es tacaño. El corazón y el bolsillo del Toro se abren con generosidad para los verdaderos amigos que se encuentran en verdaderas dificultades.
Lo que es grande le impresiona. Cuanto más grande es un edificio, mas imponente le parece, y si va al zoológico no se detendrá ante los monos, pero se quedará mirando fascinado al poderoso elefante. Tauro es capaz de hacer frente a animales enormes con un valor increíble, pero en cambio se asusta de los ratones. Un tigre suelto no conseguirá que al Toro se le mueva un pelo, pero una minúscula avispa puede hacerle trepar al árbol más próximo, presa de nervioso pánico.
Los cuadros bellos y las grandes sinfonías le conmueven profundamente. No hay Tauro que no conserve alguna prueba del venusino amor del arte y de la música, aunque no sea más que un viejo disco de Caruso o una postal con la reproducción de alguno de los primeros Van Goghs, metida bajo la camiseta que usa cuando sale a pasear los fines de semana. Son muchos los hombres y mujeres Tauro que tienen buena voz. Algunos son cantantes profesionales, otros entonan sus gorjeos en la bañera, sumergidos en un baño de espuma y sonando con una dorada seguridad. De una manera u otra, la música estará siempre presente en la vida de Tauro, y el dibujo y la pintura se convierten frecuentemente en pasatiempo o en profesión.
Al sensual nativo de este signo le tranquiliza el color del cielo. Los matices del azul impregnan de paz sus emociones, y lo mismo, aunque en menor grado, sucede con el rosa y el salmón, pero nunca el rojo, como puede confirmarlo cualquier matador. También los tonos verdes y castaños de la naturaleza le resultan sedantes. Con el verde del papel moneda y una casa de piedra castaña puede estar perfectamente satisfecho.
Aunque las ideas de Tauro son siempre sensatas, también pueden brillar con la claridad y la hondura de quince preciosos zafiros que se suman a seis clases de buena suerte, a medida que doble su dinero bajo la benévola sonrisa de los dioses.
Nada es pequeño en Tauro, ni su capacidad para el amor duradero ni su potencial para la riqueza. El cobre, el metal del Toro, es excelente conductor del calor y de la electricidad, y reluce con satinada belleza a lo largo de años de trajín y uso. Que los excitables se apresuren por llegar, a codazos, a primera fila. La tranquila naturaleza del Toro no necesita de antorchas que le iluminen el camino hacia la seguridad que él busca. Algún día el éxito le llegará, y él estará preparado. Como desde su lejanía Venus derrama sobre él el amor del lujo, puede pagar caras sus posesiones y atesorarlas durante toda la vida; sin embargo, es enemigo declarado del derroche y de la extravagancia. Su hogar es su castillo... y que nadie vaya a perturbar la paz del Toro. Tauro es paciente como el tiempo mismo, hondo como la selva, dueño de una fuerza capaz de mover montañas. Pero es cabeza dura.

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