

Agua. Piscis representa al mar mismo. Los tiempos son intensos, acuáticos, hondos y profundos, barren estructuras viejas, barren seguridades, barren y arrasan los cimientos de aquello que ya no nos sostiene. Permitámonos llegar a ese centro, ese lugar de poder centrífugo donde todo se licúa, se transforma, se arrasa y se recicla para dar lugar a los cambios. Que lo que deba irse, se vaya, para que pueda entrar lo nuevo. Dejemos de temer, y confiemos.
La tormenta se acerca a nuestra ciudad, dándole la bienvenida a esta energía que nos habita -como es afuera es adentro- pidiéndonos soltar, no aferrarnos a nada, de qué serviría? Dejar lugar a esas emociones burbujeantes, intensas, eléctricas como la tormenta misma, sentir que estamos vivos, aún cuando el miedo y la incertidumbre nos estremecen.
Son tiempos de profundos cambios dentro nuestro, las energías moleculares del agua (y nuestro cuerpo habita un 75% de agua) necesitan reciclarse o se estancan y dañan causando síntomas. Las aguas dejan el espacio fértil para nuevos comienzos y nos fuerzan a usar recursos internos que desconocíamos de nosotros mismos. Bienvenidas emociones, porque las necesito para sentir que estoy vivo. Bienvenida lluvia, porque te necesito para dejar de temerle al cielo, y al azotar mis techos y romperlos, me dejarás vislumbrar cuando ceses, las estrellas que aún no me atrevo a mirar.
Dejemos entrar esta energía, soltemos, aceptemos los cambios y cierres de manera madura y evolutiva.
Por la astróloga Julieta Suarez Valente
No hay comentarios:
Publicar un comentario