martes, 22 de septiembre de 2009

Llego mi signo ....se vino LEOOOOOO!!!!!!


LEO, EL LEÓN
Del 24 de julio al 23 de agosto
La Reina se puso carmesí de furia, y tras mirarla echando chispas un momento, como si fuera una bestia salvaje, empezó a vociferar: ..¡Cortadle la cabeza!>>.

TÍMIDOS GATITOS

Esa es la voz de la Langosta, a quien oí declarar: ..Me has horneado tostándome en exceso,

y debo azucararme el pelo>>.

Como reconocer a Leo
Parecía de buen talante, pensó ella; pero aun así, tenía garras muy largas

y muchísimos dientes, de modo que sintió que habría que tratarlo con respeto.

¿Te ha dicho alguien últimamente que no le hagas favores, al mismo tiempo que te dejaba deslumbrado con una sonrisa totalmente fascinante? Es que te has visto ante el gran felino. No te preocupes, que ya te recuperarás. Un par de pequeñas quemaduras no importan. No es nada excepcional en Leo el despliegue simultáneo de su arrogante orgullo y de su espíritu juguetón; por eso se sale con la suya.

Leo, el León, rige a todos los demás animales. Leo, la persona, te rige a ti y a todo el mundo. (Si, si ya se que en realidad no es así. Pero no se lo digas, por favor. Le destrozarías su cálido y tierno corazón de egotista.) Lo mejor es contentarle, porque entonces ronronea, en vez de rugir y darte un susto poco menos que de muerte. El León alterna entre ser decididamente gregario y una hermosa indolencia, mientras sofoca un sibarítico bostezo. Si quieres estudiar algunos ejemplares, date una vuelta por los lugares más iluminados y chispeantes de la ciudad. Por lo menos la mitad de la gente que encuentras viviendo a la última moda serán Leo. Hasta los gatitos más tímidos se sentirán cómodos viviendo así. A Leo le enferma la oscuridad tanto como el aburrimiento.

Si ves a alguno que se ruboriza fácilmente, asegúrate de que no estás confundiendo el rubor con un rostro arrebatado de orgullo. Piensa que hay rubores muy diferentes. Leo puede estar sonrosado porque ha estado bailando mucho, o porque acaba de ver pasar al amor de su vida, pero jamás le veras las mejillas coloreadas por la introversión ni por esa timidez que induce a uno a ocultarse. No hay Leos introvertidos; los hay únicamente que se hacen los introvertidos, y es importante que lo recuerdes. Tal vez encuentres algunos Leones que mantengan atenuado al Sol que les rige y se muestren silenciosamente fuertes, dignos y decididos, pero no te dejes engañar por la suavidad de sus ronroneos. Incluso los Leos mas suaves están en su fuero íntimo convencidos de su regio derecho a dominar sobre amigos y familiares, mientras atisban desde detrás del telón, en espera del momento de salir a escena. Si no me crees, búscate un Leo tranquilo, de esos que se hacen los introvertidos, para atacar su orgullo. Quítale algo que él esté convencido de que por derecho le pertenece, dale órdenes y no le demuestres respeto. Ya verás como los rugidos del supuesto gatito se oyen desde aquí hasta el zoológico. Hay que ser todo un valiente para desafiarle cuando él defiende sus derechos y su dignidad. Hay Leos que se ablandan con la edad, pero en realidad el León jamás baja su orgullosa cabeza. Nunca.

En cuanto a los atributos físicos de este signo solar, simplemente mira a tu alrededor en busca de gente que se parezca a un león o a una leona, con su melena que se aparta hacia atrás de la cara y su mirada engañosamente ociosa. Los leones caminan erguidos y orgullosos, con el suave deslizamiento de un gato. En las mujeres se combina una gracia flexible con una intensidad oculta y estremecedora. Este último rasgo puede disimularse bajo una naturaleza suave, por lo general serena y estable. Pero no olvides que la leona está siempre pronta a saltar si se siente amenazada. Aunque las lleve envainadas, tiene las garras afiladas.

Notarás en él un aire de mando y un porte majestuoso, porque Leo mira con desdén a todos los simples mortales que están por debajo de él. Por lo común, es muy deliberado en sus movimientos y en su discurso. Es raro que Leo hable deprisa, corra, e incluso que camine con rapidez (a menos que tenga el ascendente o la Luna en Aries o en Géminis, por ejemplo). En un grupo, el León no te pasará mucho tiempo inadvertido: será el centro de la atención, bien con sus acciones y afirmaciones dramáticas, bien poniendo mal gesto y escondiendo la cara entre las manos hasta que alguien corra a preguntarle que le pasa.

El signo produce ejemplares de ojos azules, pero muchos Leo, sobre todo entre las mujeres, tienen los ojos color castaño oscuro, al principio dulces y serenos, pero que después chisporrotean y restallan. Suelen tenerlos redondeados y un poco almendrados en los ángulos. El pelo es oscuro o rubio rojizo, ondulado por lo general, peinado en un estilo suelto y descuidado que se levanta en el casco y en los lados de la cabeza; si no, se van al otro extremo y lo llevan implacablemente alisado.

En cuanto al cutis, es señaladamente rubicundo.

La gente de Leo ejerce sobre los demás un efecto extraño, que es divertido observar. Es difícil quedarse de pie delante del León sin que vaya uno enderezándose, encogiendo el vientre, echando atrás los hombros. En realidad, no se si nosotros los rústicos actuamos así imitando los regios modales del León con el que nos enfrentamos, o si es para acorazarnos ante un posible sermón, ya que les encanta dar consejos gratuitos. Leo es especial para decirle a uno con cierto aire de superioridad y condescendencia, cual es la forma exacta en que debería ordenar su vida.

Es ese amor por la enseñanza lo que lleva a tantos de este signo a convertirse en educadores, políticos y psiquiatras. Lo exasperante es que tengan tanta capacidad para racionalizar las cosas y plancharle a uno todas las arrugas de su vida. Lástima que no puedan arreglar sus propios asuntos con la misma facilidad y elegancia. Así y todo, es eso lo que hace el encanto de Leo: su sincera superioridad y sus excelentes cualidades, mezcladas de manera incongruente con la terrible y transparente vulnerabilidad de su yo. ¿El digno y orgulloso gato, vulnerable? Y como no. Cuando no se respetan su prudencia y su generosidad, se siente profundamente herido. Para suavizarle, halágale, simplemente. Nueve veces de cada diez, se convertirá de bestia rugiente en tímido y dócil gatito, que casi visiblemente se regodea y complace en el calor de las lisonjas. Es la debilidad que se convierte en el Waterloo de mas de un Leo, áspero y autocrático. La vanidad es su talón de Aquiles. Para él, la adulación es un estimulante, la falta de respeto le pone ciego de furia, y ambos extremos le hacen incapaz de formular un juicio equilibrado. Algunos Leones consiguen controlar con éxito estas tendencias, pero siempre están latentes en el signo solar y se hacen presentes hasta cierto punto.

Haz la prueba alguna vez. Cuando te esté dando alguno de sus sermones, interrumpe respetuosamente a tu amigo Leo para decirle que tiene un aspecto realmente magnifico con ese suéter. El resultado será probablemente un brusco descenso de su dignidad, y veras que el León, enrojeciendo, te pregunta totalmente desconcertado: <<¿En serio? Pero, ¿de veras te lo parece?>>. En la mayoría de los casos, el reconocimiento de su intelecto da tanto resultado como un elogio de su apariencia.

Leo no puede dejar de sentirse superior y de comportarse de manera teatral, de vez en cuando. Una de mis hijas tiene un maestro nacido en agosto. Un día que ella vino de la escuela, me comento: <>. Pobre León, si hasta los niños saben que sus rugidos son peores que su mordedura. Claro que no puedo dejar de advertirte que puedes tropezar con uno que tenga a Marte o a Mercurio influido, digamos, por Escorpio, y entonces el mordisco será mas grave; pero ahora estamos hablando del ejemplar típico.

Leo es sumamente astuto, en muchos sentidos. Será raro verlo desperdiciar energías procurando extraer agua de un pozo agotado, como suele sucederle a Aries; es pues un excelente organizador y sabio distribuidor de obligaciones. Sus órdenes son sorprendentemente efectivas cuando controla los efectos dramáticos, porque el León puede ser un maestro en el arte del discurso simple y directo, aunque a veces huela un poco a teatral. Expresa generosa y abiertamente su aprobación, y sus lisonjas pueden ser tan exageradas como para confundirle a uno.

Tampoco se avergüenza de sentir disgusto. Por lo general, lo que dice es lo que siente. Es posible que aplaque o que resulte quemante, pero nunca pasará sin dejar huella.

Las regias maneras de este signo solar se despliegan cuando el hombre o la mujer Leo reciben invitados. Uno se siente como si estuviera en un palacio real, donde se esperaría en cualquier momento ver como se detiene a la puerta una carroza con lacayo, para dejar bajar a Maria Antonieta o, por lo menos, a Nell Gwyn y a Madame Du Barry. La gente de Leo rodea a sus invitados con gran abundancia de la más exquisita comida, vinos finos, mujeres hermosas y buena música. Debo admitir que, en realidad, conozco un Leo que tiene gran influencia de Virgo en su carta natal y que en las fiestas sirve pepino en cubitos condimentado con hierbas, perejil y germen de trigo, pero los demás detalles son deslumbrantemente leoninos, incluyendo siempre las invitadas femeninas. ¡Qué exquisitez! Ni siquiera Luis XIV lo hacía tan bien. Pero después de Luis XIV, el diluvio, y después de mas de una cena romántica y un baile con Leo se produce un diluvio de declaraciones, pasión, lágrimas, enojos, disculpas y confusión sentimental lisa y llana.

Y ahora que llegamos al tema del amor, que es mas bien un lugar común donde encontrarse siempre que uno tenga algo que ver con Leo, ya sea personalmente o por carta, hay que señalar que no encontrarás, lector, muchos solterones ni solteronas nacidos bajo este signo solar. Si tropiezas con alguno, no te formes una opinión definida hasta que no hayas mirado discretamente dentro del tocador. Siempre hay algún amante oculto en las inmediaciones de la guarida del León. Es posible que no esté casado cuando le conozcas, pero estará enamorado o a punto de estarlo, o bien acabará de salir de un episodio romántico y le encontrarás con aire patético y perdido. El fiero orgullo de Leo es causa de que muchos romances y matrimonios se hagan pedazos. Un León sin pareja suele ser muy triste espectáculo, pero cuando su orgullo ha sido afrentado por su pareja, sea ésta legal o no, es posible que pierda su aspecto de tristeza y se muestre feroz, en cambio. De todas maneras, no hay quien pueda aguantar más con estoica dignidad, o adaptarse, cuando es necesario, valientemente a las condiciones más deprimentes, con auténtica energía y optimismo.

Como la tendencia a perdonar y olvidar es parte de la naturaleza íntima de los grandes felinos, las reconciliaciones son, en la vida emocional de Leo, casi tan frecuentes como las rupturas, una vez que el chisporroteo de la dignidad ultrajada se ha extinguido y que el gato cobra conciencia de su soledad. Leo está casi continuamente ahogado por la pasión, no solo por el sexo opuesto, sino por la vida. Tanto para los Leones como para los tímidos gatitos, la vida sin amor es como un cheque sin fondos. Para ellos, cuando el romance se extingue, el Sol deja de brillar.

Son hombres y mujeres que jamás se apoyan en los demás. Prefieren, más bien, que se apoyen en ellos. La responsabilidad para con los débiles y los desvalidos les fascina. Si oyes que Leo se queja con dramáticos rugidos de que todo el mundo depende de él y de que es el único que carga con todo, ni se te ocurra preocuparte. A él eso le encanta. Trata de aliviarle de alguna carga o de tenderle una mano, y ya verás con que rapidez el León rechaza desdeñosamente tu ayuda. Y algo que debes evitar muy especialmente es ofrecerle ayuda financiera. Aunque con frecuencia pueda andar sin un centavo, Leo siempre sabe que ya encontrará manera de volver a llenarse los bolsillos. Son muy pocos los de este signo que se muestran cuidadosos con el dinero. Tal vez te encuentres alguno a quien de pequeño le asustó algún cobrador, y que se conduce como si en cualquier momento pudieran llevarle preso por deudas, pero el León típico es un jugador espectacular de corazón, desaforado a veces. Hasta los raros ejemplares de este signo que son ahorrativos se visten con ropa cara y siempre aparecen bien presentados. Leo quiere todo de primera y lujoso, y gasta sin privarse cuando se trata de diversiones y placeres. Es capaz de darle dinero a casi todo el mundo. Si le piden un préstamo y no tiene efectivo, es posible que prefiera a su vez pedir prestado antes que admitir que el rey no está en situación de sacar de un apuro a sus súbditos.

Claro que éste es un último recurso, porque a Leo le mortifica tener que recurrir a alguien en cuestiones de dinero, consejo o estimulo. Tiene ego suficiente para estimularse él solo, es lo bastante despierto para llenar su propia alcancía... y bien sabe Dios que no le gusta pedir consejo. Uno busca consejo en los que están por encima de él, ¿y quien está por encima del León?

Leo es propenso a las fiebres altas, a los accidentes, las enfermedades agudas y violentas, y generalmente inmune a las dolencias crónicas y prolongadas. Como rara vez hacen algo a medías, son gente que o bien irradian una vitalidad increíble,) bien se quejan de que no durarán mucho en este mundo; esta última reacción es típica de la falta de apreciación y de la avidez le afecto. Leo parece tener el corazón estupendamente fuerte, o si no, presenta alguna debilidad en la zona cardiaca. Es posible que sufra dolores de espalda y de hombros, problemas de columna, accidentes en las piernas o tobillos, problemas relacionados con los órganos de la reproducción y ronqueras o dolores de garganta. Pero se recuperará pronto de la enfermedad, y su principal peligro es el de descuidar su salud o levantarse demasiado pronto cuando ha estado enfermo. Al principio, estar en cama y sentirse atendido halaga la vanidad de Leo, pero cuando se da cuenta de que está desempeñando el papel del débil y no el del fuerte, sus veleidades de incapacitado desaparecen rápidamente.

Con los regidos por el Sol no hay términos medios. O son espantosamente descuidados y desaliñados, o meticulosamente pulcros y ordenados. Les gusta bastante el chismorreo, y se sienten heridos o excluidos si a su alrededor sucede algo que ellos no entienden. Leo es fijo por naturaleza. Es difícil apartarle del camino que se trace, aunque él si pueda apartar a otros con su convincente oratoria. Acumulan solo lo necesario para poder distribuirlo, una vez que ellos mismos se han provisto de un trono resplandeciente y completo, hasta con almohadones de plumas. Son capaces de desplegar la feroz energía de una apisonadora de vapor, para después tenderse, soñolientos y relajados como un gato, a holgazanear y desperezarse al sol.

Cuando Leo trabaja, trabaja. Cuando juega, juega. Cuando descansa, descansa. La mayoría de ellos tienen una habilidad impresionante para delegar en otros las tareas sucias y desagradables, en tanto que ellos se ocupan de las cosas importantes, como puede ser la decisión de quien será elegido presidente y como se debe ganar la guerra.

Para su propia sorpresa, cuando una auténtica emergencia se desploma sobre sus recios hombros, Leo se la toma con calma, pero sin eludir jamás su deber, ayudando a los desvalidos, protegiendo a los asustados (aunque por dentro él pueda estar doblemente asustado), animando a los melancólicos y afrontando con valor su auténtica responsabilidad. Tal es su naturaleza.

Pero aflorará radiante una vez que la etapa del playboy haya quedado atrás, junto con las llamativas corbatas pintadas a mano y con aquella guitarra que solía tocar.

La próxima vez que seas tú el blanco de los orgullosos rugidos del León, acuérdate de la Reina de Corazones, que gritaba constantemente: <<¡Cortadle la cabeza!>> mientras todo el mundo seguía con la cabeza bien puesta sobre los hombros.

Acuérdate del león cobarde de <>, que se mimaba tiernamente la hermosa cola, con agraviada dignidad, y buscaba con ansiedad por el mundo el don del verdadero valor, y que terminó descubriendo, cuando se produjo una auténtica situación de peligro, que el mas valiente del grupo era él.

Leo es un amigo orgullosamente leal, enemigo justo pero poderoso; es creativo y original, vital y fuerte, lo mismo da que sea un León tranquilo o uno de los inflamables, pues existen las dos clases. Su indumentaria es despampanante, adecuada a su colorida personalidad. Y pasamos por alto su arrogancia, su ego insufrible a veces, sus ataques –más bien ridículos– de vanidad y haraganería, porque el corazón, como su metal, es oro puro.

Rebosante de cordialidad y generosidad, el León, alegre y afectuoso, salta alegremente por un campo de amapolas cuando su Sol brilla alto en el cielo; en cuanto a los dados que arroja confiadamente, sus números son el uno y el cuatro. Leo luce orgullosamente un topacio que le dé suerte, después se le va la mano, pero su dignidad y su gracia interiores son tan auténticas que puede llevar con valor sus infortunios. Los cálidos rayos amarillos de su jocunda esperanza se intensifican hasta el naranja a la hora del crepúsculo, y en sus noches brilla un millar de estrellas.

martes, 15 de septiembre de 2009



gracias a viendounpocomas
http://www.youtube.com/watch?v=TAeupuRhobc

martes, 8 de septiembre de 2009

CANCER


CÁNCER, EL CANGREJODel 22 de junio al 23 de julio

La pareció que veía un Albatros revoloteando en torno de la lámpara;
cuando volvió a mirar, vio que era un sello de un penique.
Mejor que te vayas a casa, dijo, ...que las noches están muy húmedas>>.
Como reconocer a Cáncer
...Yo mismo no puedo explicarme, me temo, porque, como ves, no soy yo mismo.
...¡Oh, mi piel y mis bigotes! Esto es, esto es lo que me oprime el alma.
El mejor momento para salir a la captura de cangrejos humanos es cuando brilla, plateada, la Luna. Por lo general, es más fácil reconocerlos de noche, cuando salen todos acicalados y endomingados a sonar, arrebujados en su vívida imaginación. La luz de la Luna les sienta estupendamente. Armoniza con sus múltiples estados de ánimo y combina con sus emociones cambiantes.
Para conocer las claves de la naturaleza de Cáncer te será muy útil, lector, mirar un poco la Luna en las claras noches del campo. Con el aire contaminado de la ciudad se te hará difícil verla, pero siempre puedes recurrir a un almanaque. Fíjate en la forma y en el aspecto cambiante de la Luna. A medida que crece y su luz aumenta, se convierte lentamente en un perfecto disco redondo en el cielo. Cuando mengua, desaparece poco a poco, hasta que no queda visible más que un delgado hilacho de luz con un tenue y rielante resplandor de plata.
Los estados de ánimo pasajeros de Cáncer están sincronizados con la Luna y responden a la misma misteriosa influencia lunar que rige el movimiento de las mareas en el océano. Sin embargo, en realidad la Luna no cambia. Únicamente, lo parece. Igualmente, Cáncer sigue siendo la misma persona pese a todos los altibajos. Una periodicidad tan previsible, constante en su inconstancia, hace que el Cangrejo sea fácil de reconocer, una vez que uno sabe en que fase está cuando lo encuentra.
Es posible que la primera vez que lo encuentres esté riéndose con su <>, irresistiblemente contagiosa, que recorre de extremo a extremo la escala, con profundos y guturales armónicos. Se desgrana en risitas y carcajadas hasta estallar finalmente en un cacareo que suena exactamente como si doscientas gallinas acabaran de poner doscientos huevos perfectos. Si está en su papel de animador de la fiesta, no te costará nada encontrar a Cáncer. Será el tipo mas divertido del salón, a risa por minuto. Y si no es él quien está actuando, estará festejando las gracias de algún otro. A nadie le gustan las bromas más que a Cáncer, y su faceta divertida es tanto mas inesperada cuanto que irrumpe de manera tan incongruente en su personalidad, normalmente tranquila y serena. El humor lunar es profundo, jamás superficial ni trivial, porque surge de su notable capacidad de observación del comportamiento humano.
Es posible que Cáncer no se ponga todos los días su risa lunar, pero siempre puede sacarla en un abrir y cerrar de ojos de su viejo baúl del sótano.
No son gente que se desviva por las candilejas, como los extrovertidos Leo o los apayasados Sagitarios, pero los Cáncer tienen un pavoroso sentido de la publicidad, cuando les da por hacerse notar. No te dejes engañar por esa aparente modestia. Secretamente, les gusta que les presten atención, y les embriagarán los titulares que puedan conseguir. A Cáncer no le encontrarás persiguiendo la fama con pasión (no hay nada que persiga con verdadera pasión), pero ten por seguro que tampoco huirá de ella. Más fácil será verle calentándose al calor de los aplausos que huyendo de ellos. Puede que haya cosas de las que Cáncer se esconda, pero el reconocimiento no es una de ellas.
Si eres de esas personas que se enfrían fácilmente, ponte la gabardina antes de exponerte a la humedad de un Cáncer que se halle en un estado melancó1ico: es capaz de echarte cubos de agua fría hasta que te den temblores y escalofríos. Cáncer puede estar en un momento bajo y hundirte en una depresión mas profunda que el fondo del océano. Habitualmente, sus temores están bien cubiertos por el disparatado humor lunar, pero siempre están con él, acosándolo día y noche con una vaga sensación de peligros innominados que acechan entre las sombras. Nunca muy lejano, el pesimismo estará siempre pronto a frustrar los hermosos vuelos de su fantasía. Un Cáncer puede lanzarse al más increíble viaje a las estrellas, en alas de su imaginación, si consigue ignorar esa machacona voz interior que insiste en advertirle que puede perderse en el espacio. Pero hasta que aprende a dominarlos, sus miedos constituyen el ta1ón de Aquiles que le duele cada vez que intenta volar demasiado alto.
Sus lágrimas no son nunca lágrimas de cocodrilo; fluyen de los profundos ríos de su corazón, frágil y vulnerable. Con una mirada dura o un tono de voz áspero puedes herir sus delicados sentimientos, y la crueldad puede llenarle los ojos de lágrimas o inducirle a un completo retraimiento. (Es extraño, pero Cáncer rara vez tiene fiebre; es mas probable que sufra de escalofríos.) En tales ocasiones no es fácil descubrir al Cangrejo, porque cuando está herido desaparece en un silencio lleno de reproche. A veces puede ser que se desquite con una sana digna de Escorpio, pero por lo general lo hará en secreto y no abiertamente, con el olímpico desprecio de los cangrejos por las consecuencias. La mayoría de las veces, más bien, eludirá todo intento de igualar puntos, y se sentirá contento por esconderse bajo su caparazón protector. Cuando le hayas herido, puedes pasarte días enteros tocándole con un palo sin conseguir que reaccione. No abrirá la puerta, no contestará al teléfono ni las cartas. Cuando se hallan en un estado de incertidumbre, desesperación o tristeza, los nativos de Cáncer buscan el retiro y la soledad, como los verdaderos cangrejos.
Hay otro estado de ánimo propio de Cáncer: el malhumor. La persona que te salió con un exabrupto cuando le preguntaste la hora, o que estuvo a punto de arrancarte la cabeza por pedirle que te pasara la sal, era probablemente Cáncer que sufría uno de sus ataques de malhumor que le llevan a odiar al mundo. No es que esté enojado contigo, está desilusionado de la vida. Ya se le pasará y volverá a ser la persona dulce, suave y comprensiva que conoces, cuando cambie la Luna. Fíjate en el calendario cuando hace el próximo cuarto, o espera a que vuelva a subir la marea.
Hay dos tipos Cancerianos básicos. El primero tiene un agradable rostro redondo, la piel suave, la boca grande y sonriente, los ojos casi circulares: mas bien un aspecto de bebé. Piensa en la cara de la Luna, que es una imagen perfecta. El segundo tipo es más común. En su rostro se advierte inmediatamente el inconfundible aspecto de cangrejo. Verás un cráneo bastante grande, de cejas salientes y pómulos altos. Es posible que las cejas den la impresión de estar permanentemente trabadas en un ceño que, cosa rara, no es ofensivo, sino más bien interesante. La mandíbula es pronunciada y los dientes prominentes, o de alguna manera desiguales. Los ojos, pequeños, están generalmente muy apartados. A veces veras a algún Cáncer en quien se combinen la cara lunar y la del cangrejo, pero cada una de ellas es tan distintiva que, aunque se mezclen, es fácil reconocerles como gente regida por la Luna, nacida bajo el signo del Cangrejo. Algunos son indiscutiblemente regordetes pero la gran mayoría tienen una estructura ósea bien marcada Los brazos y las piernas pueden ser excepcionalmente largos en relación con el resto del cuerpo, los hombros más anchos de lo habitual, y es frecuente que manos y pies sean muy pequeños o bien muy grandes. La mayoría de estos nativos son un poco pesados de arriba, y cuando caminan deprisa se balancean ligeramente. Ya sean regordetas o delgadas, las mujeres necesitan por lo general una talla de suéter considerablemente mas grande que la talla de la falda. 0 si no, parecen tablas. En cualquiera de los dos sentidos, esta característica es muy marcada Entre las mujeres de este signo, nunca hay un término medio para esta zona de su anatomía.
Todos los regidos por la Luna tienen un rostro enormemente expresivo. Mil estados de ánimo se perfilan fugazmente en sus facciones en el curso de una conversación. ¿Conoces a alguien que a veces cacarea desaforadamente, después llora con desconsuelo, de pronto te contesta bruscamente y con irritación, y que cuando lo hieres se oculta? ¿Y que normalmente te trata con mesurada consideración? Si es gruñón, pero bondadoso, un conversador fascinante con profundos pozos de imaginación creadora, tu amigo nació probablemente a fines de junio o en julio.
Los Cancerianos tienen tal dominio sobre las imágenes, y sus fluctuaciones anímicas son tan intensas, que pueden hacer que los demás las sientan. Su imaginación se abalanza sobre la alegría y el dolor, sobre el horror y la compasión, sobre la tristeza y el éxtasis, y asegura firmemente cada emoción con la intensidad retentiva de su memoria. Absorben imágenes y las reflejan con la fidelidad de un espejo o de una cámara. Cada experiencia les queda grabada en el corazón como una fotografía queda registrada en el negativo. Jamás olvidan ninguna de las lecciones que les ha enseñado la vida, ni las que la historia enseña a la humanidad. Cáncer reverencia el pasado y es generalmente patriota de corazón. Las figuras históricas le llaman la atención tanto como sus propios antepasados. Frecuentemente, es coleccionista de antigüedades, viejos tesoros y reliquias antiguas, y el ayer despierta en él una curiosidad insaciable. Cáncer es una especie de arqueólogo mental, que está continuamente haciendo excavaciones en busca de hechos fascinantes.
Es también un pozo de sigilo. Automáticamente, la gente le confía sus secretos, pero la sensibilidad del Cangrejo le permite conocerlos sin que hayan mediado las palabras. Su compasión es profunda y enormemente intuitiva; no son muchos los secretos que Cáncer no pueda descubrir, si le interesan. Sin embargo, es una calle de una sola dirección. El Cangrejo obtendrá toda la información que pueda sobre ti, pero jamás te dejará conocer sus propios pensamientos. Sus sentimientos están cuidadosamente resguardados de las miradas indagadoras. Al Cáncer típico no le gusta hablar de su vida personal, pero le encanta saber de la tuya, porque para su imaginación lunar le resulta fácil adivinar lo que tú no le cuentas. Sin embargo, es raro que Cáncer adopte la actitud de juez; simplemente deduce, absorbe, refleja.
Aunque devuelva las emociones como un espejo, el Cangrejo no soltará sin lucha las cosas tangibles. Date una vueltecita por la playa y observa los hábitos de los verdaderos cangrejos. Cuando atrapan un objeto (y esperemos que no sea tu dedo gordo), se agarran a él como un salvavidas. Antes pierden una pinza que soltarlo. Si el cangrejo pierde una pinza, le crece otra, así que puede agarrarse otra vez con la misma tenacidad, y esto ha de servirte de lección para cuando trates de conseguir que Cáncer desista de algo que él –o ella– realmente quiera. Cáncer jamás renunciará a un objeto que atesora, y que tanto puede ser un amigo o un pariente a quien quiere como un título o un cargo; desde un viejo daguerrotipo a un par de pantuflas deshilachadas, con las suelas medio gastadas.
Mientras estés en la playa, toma algunas notas más sobre las costumbres del verdadero cangrejo. Su manera de andar, por ejemplo. Si le ha echado el ojo a tu dedo gordo, no esperes que se encamine directa y decididamente hacia tu pie. Primero retrocede unos pasos. Después se desplaza de costado. De pronto, sin previo aviso, se arrastra hacia el otro lado. Parece siempre que se mueva en la dirección opuesta, pero ni por un segundo se descuida: si ese apetitoso dedo gordo empieza a alejarse de él, entonces avanzará directamente. Y más vale que corras, si no quieres que te hinque las pinzas. Cuando ve que corre riesgo de perder el bocado que le tienta, la cosa va en serio. El Cangrejo humano imita exactamente estas tácticas. Cáncer nunca va directamente detrás de lo que quiere. Su estrategia consiste en moverse en todas direcciones, salvo hacia adelante. Y a este juego de los cambios puede jugar indefinidamente, hasta que da la impresión de que algún otro será quien se lleve el premio. Entonces, el Cangrejo juega sus cartas con rapidez y astucia, da un salto hacia delante, se adueña del trofeo y no lo suelta.
De manera muy semejante se conducen cuando se trata de generosidad y de dar algo. El corazón de Cáncer es demasiado blando para que no lo conmuevan las necesidades de la gente.
Realmente, se preocupa y quiere ayudar. Pero da cautelosamente un paso atrás y espera, para ver si no hay alguien que se adelante antes que él. ¿Por que va a dilapidar él desatinadamente su tiempo o su dinero, si no es necesario? Cuando todas las otras fuentes fallan, cuando ninguna otra ayuda da señales de materializarse, Cáncer salva la situación en el último momento; dejará que te hundas dos veces, pero te salvará en el minuto antes de que te sumerjas por tercera vez. Es demasiado bondadoso para quedarse mirando cómo te ahogas, pero ten por seguro que él no se mojará si anda por ahí cerca un salvavidas, o si tiene la impresión de que tú solo puedes llegar nadando a la costa. Es auto preservación, no egoísmo ni falta de bondad. El corazón del Cangrejo es tierno por debajo de su caparazón duro y protector. Pero él no tiene más que cierta cantidad de tiempo, dinero y emociones para dar, y prefiere distribuirlos con prudencia. Es frecuente que su gesto final sea magnificente y generoso, pero para su mentalidad lo sensato es observar y esperar antes de actuar. Nadie podría acusarle de impulsivo.
Cuando efectivamente actúa, quiere tender detrás de si –o de ti– algún tipo de hilo que le sirva de registro. El Cangrejo calcula cuidadosamente sus acciones, basándose en experiencias, ya sean propias o ajenas. Necesita como cimiento la fuerza de un precedente aceptado o la tranquilidad de una seguridad financiera. Le inquieta andar sólo sin una póliza de seguro, y por eso la mayor parte de sus albures terminan en éxito, y cada jugada final es un golpe de gracia ejecutado con delicadeza.
Naturalmente, es raro que Cáncer pueda caerse en un pozo en la oscuridad. Con una fogosa influencia lunar o un signo de fuego en el ascendente, es posible que se arriesgue en alguna maniobra ocasional, pero si fracasa se sentirá desdichado por haber ido en contra de su propio juicio personal mas íntimo. Puede ser que las influencias de Leo o Sagitario le hayan inducido a actuar, pero al volver al imperio de su propio signo solar después de la derrota, se siente inundado de desdicha. Cáncer tiende a cavilar sobre sus errores en vez de desentenderse con un encogimiento de hombros de la mala suerte y hacer un nuevo intento, y antes de que corra otro albur tendrá que pasar algún tiempo.
Sea hombre o mujer, el Cangrejo ama su hogar con un respeto rayano en la reverencia. Ningún sumo sacerdote de tiempos pasados sintió jamás su altar como algo más sagrado de lo que es para Cáncer el lugar donde cuelga su sombrero viejo.
Es posible que veas colgar de sus paredes uno de esos letreros que dicen <>. (Si, ya sé que normalmente la frase es al revés, pero esto es algo que su hijita hizo en la escuela y para Cáncer es una obra maestra, una perla inapreciable. Y la admira a menudo.) Su hogar está donde juega, vive, ama, sueña y se siente seguro. Aunque su profesión pueda obligarle a viajar por medio mundo, ningún Cáncer es realmente feliz si no tiene un rinconcito que pueda llamar suyo. Algún día observa la expresión en el rostro de un Cangrejo que vuelve a casa después de un largo viaje. Es éxtasis puro.
Por más dinero que acumule como reserva, Cáncer jamás se siente realmente seguro, y por más amor que le brinden, siempre necesita más. Sus emociones nunca le permiten la seguridad suficiente para relajarse por completo. Siempre está acumulando cosas palpables en previsión de algún imaginario desastre futuro. Hay nativos de este signo que realmente tienen debajo de la cama grandes cajas de cartón llenas de provisiones de todas clases. Para ahuyentar las pesadillas. Tal vez pienses que estoy exagerando, pero ¿cuándo fue la última vez que miraste debajo de la cama de un Cangrejo? Y si no encuentras allí las latas de conservas, fíjate en los estantes de la despensa. Tal vez te encuentres con dos docenas de latas de paprika y veintiocho cajas de pan rallado enriquecido con vitaminas que compró en una liquidación, en 1943. ¿Para qué las reserva? No hagas preguntas tontas. Algún día puede haber hambre en el país, y él estará preparado. (Noé debió de haber nacido en julio, porque a él tampoco le pescó el diluvio con las velas bajas.) ¿Por qué no usa toda esa paprika y ese pan rallado? La respuesta a eso plantea otra pregunta. ¿Por qué no usa esos catorce pares de pijamas nuevos y las siete docenas de bufandas de cachemira que le han ido regalando a lo largo de los años? Todavía están envueltas en el papel. ¿Quién sabe? Tal vez Cáncer proyecte usarlos para abrigar a los animales cuando se produzca el próximo diluvio. ¿Por qué no? Su visión es así de anticipatoria, y las catástrofes de ayer las recuerda con toda precisión, aún sin haberlas presenciado.
Con frecuencia encontrarás a Cáncer en el agua. Si no está nadando, se dedicará a hacer esquí acuático, o caminando por el agua cuando menos. A no ser que en su carta natal haya alguna influencia planetaria definida que le haga tener miedo a las olas, el Cangrejo pasará la mayor parte de su tiempo libre en la playa. Son muchos los Cáncer con su barco propio; les atrae mucho mas tener una cáscara de nuez donde poder refugiarse que una docena de televisores en color o cincuenta automóviles. Hay Cangrejos que poseen unos yates fabulosos, pero aunque sea un botecito de remo o una canoa, su propietario Cáncer se sentirá feliz remando o haciendo de timonel. Es como si los de este signo tuvieran un sueño particular y secreto que se les ha perdido en la profundidad de las aguas, y tratarán de encontrarlo. Más de la mitad de los Cangrejos que conozcas serán navegantes de fin de semana. Tal vez sea la llamada de la Luna y de las mareas, pero sea lo que fuere, jamás aparecen tan arrogantes como cuando se pasean alegremente por la cubierta de su barco, con las zapatillas de tenis de la época en que se graduaron en la Universidad. (No le sugieras nunca que se compre otras. Una cosa que hay que entender con Cáncer es que, si algo es viejo, tiene valor; si es nuevo es sospechoso.)
Las emociones de Cáncer pueden ser más poderosas que el cuerpo físico. La aprensión y las preocupaciones son susceptibles de provocarle una enfermedad, y la alegría puede poner bien a Cáncer. Es frecuente que tema un colapso financiero, o la pérdida de alguien que afectivamente necesita. Si su seguridad se ve amenazada –ya sea la económica o la del corazón puede caer en una depresión que inconscientemente lo predispone a enfermedades o accidentes. Su activa imaginación es en ocasiones lo bastante morbosa como para convertir en grave o crónica una dolencia menor. Cuando está en sus momentos sombríos, Cáncer responde mal a los estímulos positivos; puede pensar que eres indiferente porque no te compadeces de él, pero –diga él lo que diga– la compasión es lo último que necesita el Cangrejo cuando está enfermo. Si se pone melancó1ico ante una terrible perspectiva, se está buscando verdaderos problemas y necesitará el doble de tiempo para curarse.
Las áreas más vulnerables son el pecho, en hombres y mujeres, las rodillas, riñones, vejiga y piel. La zona de la cabeza y de la cara también es delicada, lo mismo que el estómago y el sistema digestivo. Los Cáncer son, prácticamente, los inventores de las úlceras, pero los que se mantienen serenos y recurren a su maravilloso sentido del humor para superar las depresiones, pueden fácilmente mantenerse bien hasta una avanzada madurez. Si llegan a coger con firmeza la felicidad y no la sueltan, los Cangrejos tienen el poder de aferrarse a la vida con la misma tenacidad con que se aferran a periódicos y maceteros viejos. La alegría, el optimismo y la risa, tomadas todos los días y en grandes dosis, les mantendrán sanos de cuerpo y alma. Lo que Cáncer se imagina que siente, es lo que siente realmente. Ningún otro signo es tan propenso a enfermar por ideas negativas, pero tampoco ninguno es capaz de tan sorprendentes milagros de autocuración. Es una contradicción extraña, y no olvidarla resultará enormemente beneficioso para todos los nacidos bajo este signo.
Muchos de ellos son jardineros natos, que cuidan y riegan amorosamente sus plantas, y muchos cultivan también con la misma devoción florecientes cuentas bancarias. A Cáncer se le pega el dinero y, como es una sensación que no le disgusta, deja que se le pegue. En sus gastos es frugal, por decir lo menos.
Aunque influencias impulsivas afecten su carta natal, el Cangrejo siempre mantendrá algunos billetes en reserva para los días malos. Si te dice que está en quiebra, quiere decir que le quedan las últimas decenas de miles, lo cual para él es una situación desesperada. Para la administración de fondos nadie es mas capaz que el Cangrejo (aunque Tauro, Capricornio o Virgo puedan seguirle muy de cerca), experto en acumular dinero y en hacerlo crecer como crecen las flores y los árboles que él planta. Rara vez se escapará de sus manos tenaces o se escurrirá entre sus dedos, y nunca le verás arrojar el dinero por la ventana por el solo placer de librarse de él. Sólo su cautela excede a su generosidad. El viejo John D. Rockefeller, que era Cáncer, pensaba probablemente que era muy manirroto cuando les daba todas esas monedas a los niños; le divertía seguir gastando de semejante manera el dinero, al mismo tiempo que enseñaba economía. Así y todo, el Cangrejo compartirá de buena gana lo que tiene cuando alguien a quien el quiere o que le gusta se halla en situación de verdadera necesidad. Un niño siempre le conmoverá lo suficiente para sacarle algún dinero, pero nunca perdonará al comerciante que le cobre unos centavos de más por la lata de judías.
Para Cáncer, de alguna manera, la comida representa seguridad. Si Mother Hubbard, el personaje de las Nursery Rhymes inglesas, hubiera nacido en julio, jamás se habría recuperado del shock de haber encontrado vacío el armario. No importa lo que coma, el Cangrejo siempre se siente mas seguro cuando la despensa está hasta rebosar. Al hablar de comida, su rostro expresivo se ilumina, y las historias de desnutrición le horrorizan, realmente. Cáncer se preocupa auténticamente por el hambriento, y se siente responsable de todos los estómagos vacíos del mundo. (El conocido matemático y astrólogo Carl Payne Tobey señaló que la consigna política del Cáncer Nelson Rockefeller en su campaña en los supermercados era: <>). Para Cáncer, desperdiciar comida es un crimen. Puedes repetir todas las veces que quieras, pero cuidado con dejar restos en el plato.
Ambos sexos poseen un fuerte instinto maternal. Son gente que siempre está tratando de llenar a alguien con una buena comida caliente, o de protegerlos del aire húmedo de la noche.
Cáncer trata a sus amigos y seres queridos como si fueran bebés, y revolotea protectoramente en torno a ellos. Es difícil decir que es lo que con mas profundidad afecta a las emociones lunares, si los niños, la comida o el dinero.
Su naturaleza sensible queda oculta bajo un duro caparazón, y el Cangrejo tiene la sensatez suficiente para evitar los mares tormentosos. Durante la mitad del tiempo vive en la tierra, la otra mitad en aguas profundas. Se viste con el rielante dorado pálido y luminoso de la Luna, y oculta sus poderosas emociones tras los tintes verde pálido, malva y lavanda de la modestia.
La Luna pone un toque de locura a todos los Cáncer. Cáncer conoce un lugar silvestre y secreto donde dos lirios y siete rosas blancas crecen entre los iris. A veces, el recuerdo de este jardín remoto le hace estallar de risa; en ocasiones, le conduce al llanto y a la tristeza. Cáncer reúne pacientemente las esmeraldas, perlas y piedras lunares que otros dejan caer en la arena, mientras espera a que las mareas traigan a la playa sus sueños plateados.

de Sai baba para vos




A través del Sathsang (la compañía de los santos) haces progresos para librarte de la ilusión; a continuación desarrollas fe en la verdad, y entonces alcanzas la liberación. Así como los elefantes amaestrados rodean al elefante salvaje y lo sujetan para que sea domesticado, las personas de temperamento espiritual llevarán a buen puerto a los que dudan. La compañía de los buenos y los santos lentamente purificará y limpiará a los propensos a extraviar el camino recto, el que les conduce a tomar conciencia de Sí mismos.



Through Sathsang (holy company) you develop freedom from delusion, and then you develop faith in truth and thus attain liberation itself. Just as the tame elephants surround the wild tusker and rope him before taming him, the spiritual minded will bring the doubter around. The company of the good and the godly will slowly chasten and cleanse the persons prone to straying away from the straight path towards self-realization.