martes, 8 de septiembre de 2009

CANCER


CÁNCER, EL CANGREJODel 22 de junio al 23 de julio

La pareció que veía un Albatros revoloteando en torno de la lámpara;
cuando volvió a mirar, vio que era un sello de un penique.
Mejor que te vayas a casa, dijo, ...que las noches están muy húmedas>>.
Como reconocer a Cáncer
...Yo mismo no puedo explicarme, me temo, porque, como ves, no soy yo mismo.
...¡Oh, mi piel y mis bigotes! Esto es, esto es lo que me oprime el alma.
El mejor momento para salir a la captura de cangrejos humanos es cuando brilla, plateada, la Luna. Por lo general, es más fácil reconocerlos de noche, cuando salen todos acicalados y endomingados a sonar, arrebujados en su vívida imaginación. La luz de la Luna les sienta estupendamente. Armoniza con sus múltiples estados de ánimo y combina con sus emociones cambiantes.
Para conocer las claves de la naturaleza de Cáncer te será muy útil, lector, mirar un poco la Luna en las claras noches del campo. Con el aire contaminado de la ciudad se te hará difícil verla, pero siempre puedes recurrir a un almanaque. Fíjate en la forma y en el aspecto cambiante de la Luna. A medida que crece y su luz aumenta, se convierte lentamente en un perfecto disco redondo en el cielo. Cuando mengua, desaparece poco a poco, hasta que no queda visible más que un delgado hilacho de luz con un tenue y rielante resplandor de plata.
Los estados de ánimo pasajeros de Cáncer están sincronizados con la Luna y responden a la misma misteriosa influencia lunar que rige el movimiento de las mareas en el océano. Sin embargo, en realidad la Luna no cambia. Únicamente, lo parece. Igualmente, Cáncer sigue siendo la misma persona pese a todos los altibajos. Una periodicidad tan previsible, constante en su inconstancia, hace que el Cangrejo sea fácil de reconocer, una vez que uno sabe en que fase está cuando lo encuentra.
Es posible que la primera vez que lo encuentres esté riéndose con su <>, irresistiblemente contagiosa, que recorre de extremo a extremo la escala, con profundos y guturales armónicos. Se desgrana en risitas y carcajadas hasta estallar finalmente en un cacareo que suena exactamente como si doscientas gallinas acabaran de poner doscientos huevos perfectos. Si está en su papel de animador de la fiesta, no te costará nada encontrar a Cáncer. Será el tipo mas divertido del salón, a risa por minuto. Y si no es él quien está actuando, estará festejando las gracias de algún otro. A nadie le gustan las bromas más que a Cáncer, y su faceta divertida es tanto mas inesperada cuanto que irrumpe de manera tan incongruente en su personalidad, normalmente tranquila y serena. El humor lunar es profundo, jamás superficial ni trivial, porque surge de su notable capacidad de observación del comportamiento humano.
Es posible que Cáncer no se ponga todos los días su risa lunar, pero siempre puede sacarla en un abrir y cerrar de ojos de su viejo baúl del sótano.
No son gente que se desviva por las candilejas, como los extrovertidos Leo o los apayasados Sagitarios, pero los Cáncer tienen un pavoroso sentido de la publicidad, cuando les da por hacerse notar. No te dejes engañar por esa aparente modestia. Secretamente, les gusta que les presten atención, y les embriagarán los titulares que puedan conseguir. A Cáncer no le encontrarás persiguiendo la fama con pasión (no hay nada que persiga con verdadera pasión), pero ten por seguro que tampoco huirá de ella. Más fácil será verle calentándose al calor de los aplausos que huyendo de ellos. Puede que haya cosas de las que Cáncer se esconda, pero el reconocimiento no es una de ellas.
Si eres de esas personas que se enfrían fácilmente, ponte la gabardina antes de exponerte a la humedad de un Cáncer que se halle en un estado melancó1ico: es capaz de echarte cubos de agua fría hasta que te den temblores y escalofríos. Cáncer puede estar en un momento bajo y hundirte en una depresión mas profunda que el fondo del océano. Habitualmente, sus temores están bien cubiertos por el disparatado humor lunar, pero siempre están con él, acosándolo día y noche con una vaga sensación de peligros innominados que acechan entre las sombras. Nunca muy lejano, el pesimismo estará siempre pronto a frustrar los hermosos vuelos de su fantasía. Un Cáncer puede lanzarse al más increíble viaje a las estrellas, en alas de su imaginación, si consigue ignorar esa machacona voz interior que insiste en advertirle que puede perderse en el espacio. Pero hasta que aprende a dominarlos, sus miedos constituyen el ta1ón de Aquiles que le duele cada vez que intenta volar demasiado alto.
Sus lágrimas no son nunca lágrimas de cocodrilo; fluyen de los profundos ríos de su corazón, frágil y vulnerable. Con una mirada dura o un tono de voz áspero puedes herir sus delicados sentimientos, y la crueldad puede llenarle los ojos de lágrimas o inducirle a un completo retraimiento. (Es extraño, pero Cáncer rara vez tiene fiebre; es mas probable que sufra de escalofríos.) En tales ocasiones no es fácil descubrir al Cangrejo, porque cuando está herido desaparece en un silencio lleno de reproche. A veces puede ser que se desquite con una sana digna de Escorpio, pero por lo general lo hará en secreto y no abiertamente, con el olímpico desprecio de los cangrejos por las consecuencias. La mayoría de las veces, más bien, eludirá todo intento de igualar puntos, y se sentirá contento por esconderse bajo su caparazón protector. Cuando le hayas herido, puedes pasarte días enteros tocándole con un palo sin conseguir que reaccione. No abrirá la puerta, no contestará al teléfono ni las cartas. Cuando se hallan en un estado de incertidumbre, desesperación o tristeza, los nativos de Cáncer buscan el retiro y la soledad, como los verdaderos cangrejos.
Hay otro estado de ánimo propio de Cáncer: el malhumor. La persona que te salió con un exabrupto cuando le preguntaste la hora, o que estuvo a punto de arrancarte la cabeza por pedirle que te pasara la sal, era probablemente Cáncer que sufría uno de sus ataques de malhumor que le llevan a odiar al mundo. No es que esté enojado contigo, está desilusionado de la vida. Ya se le pasará y volverá a ser la persona dulce, suave y comprensiva que conoces, cuando cambie la Luna. Fíjate en el calendario cuando hace el próximo cuarto, o espera a que vuelva a subir la marea.
Hay dos tipos Cancerianos básicos. El primero tiene un agradable rostro redondo, la piel suave, la boca grande y sonriente, los ojos casi circulares: mas bien un aspecto de bebé. Piensa en la cara de la Luna, que es una imagen perfecta. El segundo tipo es más común. En su rostro se advierte inmediatamente el inconfundible aspecto de cangrejo. Verás un cráneo bastante grande, de cejas salientes y pómulos altos. Es posible que las cejas den la impresión de estar permanentemente trabadas en un ceño que, cosa rara, no es ofensivo, sino más bien interesante. La mandíbula es pronunciada y los dientes prominentes, o de alguna manera desiguales. Los ojos, pequeños, están generalmente muy apartados. A veces veras a algún Cáncer en quien se combinen la cara lunar y la del cangrejo, pero cada una de ellas es tan distintiva que, aunque se mezclen, es fácil reconocerles como gente regida por la Luna, nacida bajo el signo del Cangrejo. Algunos son indiscutiblemente regordetes pero la gran mayoría tienen una estructura ósea bien marcada Los brazos y las piernas pueden ser excepcionalmente largos en relación con el resto del cuerpo, los hombros más anchos de lo habitual, y es frecuente que manos y pies sean muy pequeños o bien muy grandes. La mayoría de estos nativos son un poco pesados de arriba, y cuando caminan deprisa se balancean ligeramente. Ya sean regordetas o delgadas, las mujeres necesitan por lo general una talla de suéter considerablemente mas grande que la talla de la falda. 0 si no, parecen tablas. En cualquiera de los dos sentidos, esta característica es muy marcada Entre las mujeres de este signo, nunca hay un término medio para esta zona de su anatomía.
Todos los regidos por la Luna tienen un rostro enormemente expresivo. Mil estados de ánimo se perfilan fugazmente en sus facciones en el curso de una conversación. ¿Conoces a alguien que a veces cacarea desaforadamente, después llora con desconsuelo, de pronto te contesta bruscamente y con irritación, y que cuando lo hieres se oculta? ¿Y que normalmente te trata con mesurada consideración? Si es gruñón, pero bondadoso, un conversador fascinante con profundos pozos de imaginación creadora, tu amigo nació probablemente a fines de junio o en julio.
Los Cancerianos tienen tal dominio sobre las imágenes, y sus fluctuaciones anímicas son tan intensas, que pueden hacer que los demás las sientan. Su imaginación se abalanza sobre la alegría y el dolor, sobre el horror y la compasión, sobre la tristeza y el éxtasis, y asegura firmemente cada emoción con la intensidad retentiva de su memoria. Absorben imágenes y las reflejan con la fidelidad de un espejo o de una cámara. Cada experiencia les queda grabada en el corazón como una fotografía queda registrada en el negativo. Jamás olvidan ninguna de las lecciones que les ha enseñado la vida, ni las que la historia enseña a la humanidad. Cáncer reverencia el pasado y es generalmente patriota de corazón. Las figuras históricas le llaman la atención tanto como sus propios antepasados. Frecuentemente, es coleccionista de antigüedades, viejos tesoros y reliquias antiguas, y el ayer despierta en él una curiosidad insaciable. Cáncer es una especie de arqueólogo mental, que está continuamente haciendo excavaciones en busca de hechos fascinantes.
Es también un pozo de sigilo. Automáticamente, la gente le confía sus secretos, pero la sensibilidad del Cangrejo le permite conocerlos sin que hayan mediado las palabras. Su compasión es profunda y enormemente intuitiva; no son muchos los secretos que Cáncer no pueda descubrir, si le interesan. Sin embargo, es una calle de una sola dirección. El Cangrejo obtendrá toda la información que pueda sobre ti, pero jamás te dejará conocer sus propios pensamientos. Sus sentimientos están cuidadosamente resguardados de las miradas indagadoras. Al Cáncer típico no le gusta hablar de su vida personal, pero le encanta saber de la tuya, porque para su imaginación lunar le resulta fácil adivinar lo que tú no le cuentas. Sin embargo, es raro que Cáncer adopte la actitud de juez; simplemente deduce, absorbe, refleja.
Aunque devuelva las emociones como un espejo, el Cangrejo no soltará sin lucha las cosas tangibles. Date una vueltecita por la playa y observa los hábitos de los verdaderos cangrejos. Cuando atrapan un objeto (y esperemos que no sea tu dedo gordo), se agarran a él como un salvavidas. Antes pierden una pinza que soltarlo. Si el cangrejo pierde una pinza, le crece otra, así que puede agarrarse otra vez con la misma tenacidad, y esto ha de servirte de lección para cuando trates de conseguir que Cáncer desista de algo que él –o ella– realmente quiera. Cáncer jamás renunciará a un objeto que atesora, y que tanto puede ser un amigo o un pariente a quien quiere como un título o un cargo; desde un viejo daguerrotipo a un par de pantuflas deshilachadas, con las suelas medio gastadas.
Mientras estés en la playa, toma algunas notas más sobre las costumbres del verdadero cangrejo. Su manera de andar, por ejemplo. Si le ha echado el ojo a tu dedo gordo, no esperes que se encamine directa y decididamente hacia tu pie. Primero retrocede unos pasos. Después se desplaza de costado. De pronto, sin previo aviso, se arrastra hacia el otro lado. Parece siempre que se mueva en la dirección opuesta, pero ni por un segundo se descuida: si ese apetitoso dedo gordo empieza a alejarse de él, entonces avanzará directamente. Y más vale que corras, si no quieres que te hinque las pinzas. Cuando ve que corre riesgo de perder el bocado que le tienta, la cosa va en serio. El Cangrejo humano imita exactamente estas tácticas. Cáncer nunca va directamente detrás de lo que quiere. Su estrategia consiste en moverse en todas direcciones, salvo hacia adelante. Y a este juego de los cambios puede jugar indefinidamente, hasta que da la impresión de que algún otro será quien se lleve el premio. Entonces, el Cangrejo juega sus cartas con rapidez y astucia, da un salto hacia delante, se adueña del trofeo y no lo suelta.
De manera muy semejante se conducen cuando se trata de generosidad y de dar algo. El corazón de Cáncer es demasiado blando para que no lo conmuevan las necesidades de la gente.
Realmente, se preocupa y quiere ayudar. Pero da cautelosamente un paso atrás y espera, para ver si no hay alguien que se adelante antes que él. ¿Por que va a dilapidar él desatinadamente su tiempo o su dinero, si no es necesario? Cuando todas las otras fuentes fallan, cuando ninguna otra ayuda da señales de materializarse, Cáncer salva la situación en el último momento; dejará que te hundas dos veces, pero te salvará en el minuto antes de que te sumerjas por tercera vez. Es demasiado bondadoso para quedarse mirando cómo te ahogas, pero ten por seguro que él no se mojará si anda por ahí cerca un salvavidas, o si tiene la impresión de que tú solo puedes llegar nadando a la costa. Es auto preservación, no egoísmo ni falta de bondad. El corazón del Cangrejo es tierno por debajo de su caparazón duro y protector. Pero él no tiene más que cierta cantidad de tiempo, dinero y emociones para dar, y prefiere distribuirlos con prudencia. Es frecuente que su gesto final sea magnificente y generoso, pero para su mentalidad lo sensato es observar y esperar antes de actuar. Nadie podría acusarle de impulsivo.
Cuando efectivamente actúa, quiere tender detrás de si –o de ti– algún tipo de hilo que le sirva de registro. El Cangrejo calcula cuidadosamente sus acciones, basándose en experiencias, ya sean propias o ajenas. Necesita como cimiento la fuerza de un precedente aceptado o la tranquilidad de una seguridad financiera. Le inquieta andar sólo sin una póliza de seguro, y por eso la mayor parte de sus albures terminan en éxito, y cada jugada final es un golpe de gracia ejecutado con delicadeza.
Naturalmente, es raro que Cáncer pueda caerse en un pozo en la oscuridad. Con una fogosa influencia lunar o un signo de fuego en el ascendente, es posible que se arriesgue en alguna maniobra ocasional, pero si fracasa se sentirá desdichado por haber ido en contra de su propio juicio personal mas íntimo. Puede ser que las influencias de Leo o Sagitario le hayan inducido a actuar, pero al volver al imperio de su propio signo solar después de la derrota, se siente inundado de desdicha. Cáncer tiende a cavilar sobre sus errores en vez de desentenderse con un encogimiento de hombros de la mala suerte y hacer un nuevo intento, y antes de que corra otro albur tendrá que pasar algún tiempo.
Sea hombre o mujer, el Cangrejo ama su hogar con un respeto rayano en la reverencia. Ningún sumo sacerdote de tiempos pasados sintió jamás su altar como algo más sagrado de lo que es para Cáncer el lugar donde cuelga su sombrero viejo.
Es posible que veas colgar de sus paredes uno de esos letreros que dicen <>. (Si, ya sé que normalmente la frase es al revés, pero esto es algo que su hijita hizo en la escuela y para Cáncer es una obra maestra, una perla inapreciable. Y la admira a menudo.) Su hogar está donde juega, vive, ama, sueña y se siente seguro. Aunque su profesión pueda obligarle a viajar por medio mundo, ningún Cáncer es realmente feliz si no tiene un rinconcito que pueda llamar suyo. Algún día observa la expresión en el rostro de un Cangrejo que vuelve a casa después de un largo viaje. Es éxtasis puro.
Por más dinero que acumule como reserva, Cáncer jamás se siente realmente seguro, y por más amor que le brinden, siempre necesita más. Sus emociones nunca le permiten la seguridad suficiente para relajarse por completo. Siempre está acumulando cosas palpables en previsión de algún imaginario desastre futuro. Hay nativos de este signo que realmente tienen debajo de la cama grandes cajas de cartón llenas de provisiones de todas clases. Para ahuyentar las pesadillas. Tal vez pienses que estoy exagerando, pero ¿cuándo fue la última vez que miraste debajo de la cama de un Cangrejo? Y si no encuentras allí las latas de conservas, fíjate en los estantes de la despensa. Tal vez te encuentres con dos docenas de latas de paprika y veintiocho cajas de pan rallado enriquecido con vitaminas que compró en una liquidación, en 1943. ¿Para qué las reserva? No hagas preguntas tontas. Algún día puede haber hambre en el país, y él estará preparado. (Noé debió de haber nacido en julio, porque a él tampoco le pescó el diluvio con las velas bajas.) ¿Por qué no usa toda esa paprika y ese pan rallado? La respuesta a eso plantea otra pregunta. ¿Por qué no usa esos catorce pares de pijamas nuevos y las siete docenas de bufandas de cachemira que le han ido regalando a lo largo de los años? Todavía están envueltas en el papel. ¿Quién sabe? Tal vez Cáncer proyecte usarlos para abrigar a los animales cuando se produzca el próximo diluvio. ¿Por qué no? Su visión es así de anticipatoria, y las catástrofes de ayer las recuerda con toda precisión, aún sin haberlas presenciado.
Con frecuencia encontrarás a Cáncer en el agua. Si no está nadando, se dedicará a hacer esquí acuático, o caminando por el agua cuando menos. A no ser que en su carta natal haya alguna influencia planetaria definida que le haga tener miedo a las olas, el Cangrejo pasará la mayor parte de su tiempo libre en la playa. Son muchos los Cáncer con su barco propio; les atrae mucho mas tener una cáscara de nuez donde poder refugiarse que una docena de televisores en color o cincuenta automóviles. Hay Cangrejos que poseen unos yates fabulosos, pero aunque sea un botecito de remo o una canoa, su propietario Cáncer se sentirá feliz remando o haciendo de timonel. Es como si los de este signo tuvieran un sueño particular y secreto que se les ha perdido en la profundidad de las aguas, y tratarán de encontrarlo. Más de la mitad de los Cangrejos que conozcas serán navegantes de fin de semana. Tal vez sea la llamada de la Luna y de las mareas, pero sea lo que fuere, jamás aparecen tan arrogantes como cuando se pasean alegremente por la cubierta de su barco, con las zapatillas de tenis de la época en que se graduaron en la Universidad. (No le sugieras nunca que se compre otras. Una cosa que hay que entender con Cáncer es que, si algo es viejo, tiene valor; si es nuevo es sospechoso.)
Las emociones de Cáncer pueden ser más poderosas que el cuerpo físico. La aprensión y las preocupaciones son susceptibles de provocarle una enfermedad, y la alegría puede poner bien a Cáncer. Es frecuente que tema un colapso financiero, o la pérdida de alguien que afectivamente necesita. Si su seguridad se ve amenazada –ya sea la económica o la del corazón puede caer en una depresión que inconscientemente lo predispone a enfermedades o accidentes. Su activa imaginación es en ocasiones lo bastante morbosa como para convertir en grave o crónica una dolencia menor. Cuando está en sus momentos sombríos, Cáncer responde mal a los estímulos positivos; puede pensar que eres indiferente porque no te compadeces de él, pero –diga él lo que diga– la compasión es lo último que necesita el Cangrejo cuando está enfermo. Si se pone melancó1ico ante una terrible perspectiva, se está buscando verdaderos problemas y necesitará el doble de tiempo para curarse.
Las áreas más vulnerables son el pecho, en hombres y mujeres, las rodillas, riñones, vejiga y piel. La zona de la cabeza y de la cara también es delicada, lo mismo que el estómago y el sistema digestivo. Los Cáncer son, prácticamente, los inventores de las úlceras, pero los que se mantienen serenos y recurren a su maravilloso sentido del humor para superar las depresiones, pueden fácilmente mantenerse bien hasta una avanzada madurez. Si llegan a coger con firmeza la felicidad y no la sueltan, los Cangrejos tienen el poder de aferrarse a la vida con la misma tenacidad con que se aferran a periódicos y maceteros viejos. La alegría, el optimismo y la risa, tomadas todos los días y en grandes dosis, les mantendrán sanos de cuerpo y alma. Lo que Cáncer se imagina que siente, es lo que siente realmente. Ningún otro signo es tan propenso a enfermar por ideas negativas, pero tampoco ninguno es capaz de tan sorprendentes milagros de autocuración. Es una contradicción extraña, y no olvidarla resultará enormemente beneficioso para todos los nacidos bajo este signo.
Muchos de ellos son jardineros natos, que cuidan y riegan amorosamente sus plantas, y muchos cultivan también con la misma devoción florecientes cuentas bancarias. A Cáncer se le pega el dinero y, como es una sensación que no le disgusta, deja que se le pegue. En sus gastos es frugal, por decir lo menos.
Aunque influencias impulsivas afecten su carta natal, el Cangrejo siempre mantendrá algunos billetes en reserva para los días malos. Si te dice que está en quiebra, quiere decir que le quedan las últimas decenas de miles, lo cual para él es una situación desesperada. Para la administración de fondos nadie es mas capaz que el Cangrejo (aunque Tauro, Capricornio o Virgo puedan seguirle muy de cerca), experto en acumular dinero y en hacerlo crecer como crecen las flores y los árboles que él planta. Rara vez se escapará de sus manos tenaces o se escurrirá entre sus dedos, y nunca le verás arrojar el dinero por la ventana por el solo placer de librarse de él. Sólo su cautela excede a su generosidad. El viejo John D. Rockefeller, que era Cáncer, pensaba probablemente que era muy manirroto cuando les daba todas esas monedas a los niños; le divertía seguir gastando de semejante manera el dinero, al mismo tiempo que enseñaba economía. Así y todo, el Cangrejo compartirá de buena gana lo que tiene cuando alguien a quien el quiere o que le gusta se halla en situación de verdadera necesidad. Un niño siempre le conmoverá lo suficiente para sacarle algún dinero, pero nunca perdonará al comerciante que le cobre unos centavos de más por la lata de judías.
Para Cáncer, de alguna manera, la comida representa seguridad. Si Mother Hubbard, el personaje de las Nursery Rhymes inglesas, hubiera nacido en julio, jamás se habría recuperado del shock de haber encontrado vacío el armario. No importa lo que coma, el Cangrejo siempre se siente mas seguro cuando la despensa está hasta rebosar. Al hablar de comida, su rostro expresivo se ilumina, y las historias de desnutrición le horrorizan, realmente. Cáncer se preocupa auténticamente por el hambriento, y se siente responsable de todos los estómagos vacíos del mundo. (El conocido matemático y astrólogo Carl Payne Tobey señaló que la consigna política del Cáncer Nelson Rockefeller en su campaña en los supermercados era: <>). Para Cáncer, desperdiciar comida es un crimen. Puedes repetir todas las veces que quieras, pero cuidado con dejar restos en el plato.
Ambos sexos poseen un fuerte instinto maternal. Son gente que siempre está tratando de llenar a alguien con una buena comida caliente, o de protegerlos del aire húmedo de la noche.
Cáncer trata a sus amigos y seres queridos como si fueran bebés, y revolotea protectoramente en torno a ellos. Es difícil decir que es lo que con mas profundidad afecta a las emociones lunares, si los niños, la comida o el dinero.
Su naturaleza sensible queda oculta bajo un duro caparazón, y el Cangrejo tiene la sensatez suficiente para evitar los mares tormentosos. Durante la mitad del tiempo vive en la tierra, la otra mitad en aguas profundas. Se viste con el rielante dorado pálido y luminoso de la Luna, y oculta sus poderosas emociones tras los tintes verde pálido, malva y lavanda de la modestia.
La Luna pone un toque de locura a todos los Cáncer. Cáncer conoce un lugar silvestre y secreto donde dos lirios y siete rosas blancas crecen entre los iris. A veces, el recuerdo de este jardín remoto le hace estallar de risa; en ocasiones, le conduce al llanto y a la tristeza. Cáncer reúne pacientemente las esmeraldas, perlas y piedras lunares que otros dejan caer en la arena, mientras espera a que las mareas traigan a la playa sus sueños plateados.

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